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LOS OTROS VIRUS

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#ConSentidoComundeMujer

María Esther González Aguilar

No huele, no se oye, no se siente, no se toca, no se ve. Un coronavirus tiene un tamaño entre 50 y 200 nanómetros (un nanómetro equivale a una milmillonésima parte de un metro). Las bacterias se miden en micras o micrómetros y los virus en milimicras o nanómetros. El Covid-19, es increíblemente pequeño, casi invisible –solo se puede observar con microscopios electrónicos- pero ha puesto en jaque al mundo y la economía. El virus, pone a prueba a la ciencia, a investigadores, gobernantes, sistemas de salud, políticas públicas, funcionarios, a la clase política, pero también a la sociedad, es decir, nos está probando a todos y pone en evidencia las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de las naciones y sus ciudadanos.

A la pandemia por Covid-19 –peligrosa por su alta probabilidad de contagio, pero afortunadamente baja mortalidad- se agregan “virus” como la infodemia que es, el peligro a la desinformación o bien la sobreabundancia informativa falsa -false news que no fake news- y a su rápida propagación entre las personas que puede generar pánico, histeria o psicosis o promover conductas sociales extremas o incorrectas como la intolerancia o la xenofobia. La diferencia entre false news y fake news, es que la primera, puede surgir por vacíos de información, datos incompletos o erróneos que llevan a juicios no reales en grupos sociales o a tomar malas decisiones, en tanto que en la segunda, hay una intención o finalidad de provocar daño.

Pero la infodemia no es el único “virus” por lo que se transita, existen otros, como el fanatismo y la polarización, estos si letales cuando se requiere fortalecer la cohesión social como factor determinante para superar crisis. Otros, están siempre presentes, silenciosos y hasta socialmente permitidos pero que ante contingencias como las que se vive, sacan el lado obscuro, perverso, ruin y maligno de los humanos. Hablo –por ejemplo- de la violencia intrafamiliar, que va a la alza, luego de la petición de quedarse en casa, siendo las principales víctimas los menores de edad y las mujeres.

Virus como abusos y excesos, se presentan en empresas o comercios que ante la demanda de productos incurren en prácticas condenables como incrementar el precio u ocultar mercancía como un mecanismo especulativo para distorsionar el mercado; como también despedir a trabajadores y provocar desempleo; en sí mismas, pueden tener el virus de la quiebra o el cierre, pues no todas se pueden dar el lujo de cerrar y seguir pagando el salario a sus empleados y menos en México, cuando son las micros y pymes las que sostienen la economía.

En las instituciones públicas existen “virus” como la desconfianza, ineptitud, ineficiencia, ineficacia, irresponsabilidad y falta de compromiso social. En la clase política se dan los “virus” de la incongruencia, la mezquindad, inmadurez y oportunismo, existen ejemplos de promoción política utilizando las “benditas redes sociales”. También tenemos “virus sociales” como la inequidad, desigualdad, injustica, pobreza, marginación, rezago e ignorancia, que afectan la salud comunitaria. A todos estos “otros virus” hay que seguir combatiendo desde cada espacio, trinchera o responsabilidad.

La crisis sanitaria, social y económica es un reto de gran calado, hay que cuidar la salud de todos, pero también la economía y la sana vida comunitaria. El llamado es para mantener la calma, son tiempos complicados, pero, está en muestras fortalezas y oportunidades superar la etapa y en esto, los medios y comunicadores tenemos una gran tarea que cumplir con gran compromiso y responsabilidad social, pero sobre todo con ética profesional ¡Es cuanto!

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