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LO QUE NO ENTIENDEN

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Rafael G. Vargas Pasaye

 

Daniel Moreno, director de Animal Político, un respetado medio de comunicación mexicano, publicó el domingo pasado en las páginas del diario Reforma un artículo que habla de que la estrategia de comunicación del Gobierno de la República centrado en las conferencias de prensa matutinas que el Presidente Andrés Manuel López Obrador realiza de manera diaria, un ejercicio que al parecer de Moreno y de varios más, no necesariamente conllevan información clara o como señala: “El gobierno, cuando se trata de acceso a la información va a la defensiva, confunde, ignora. Más cuando se trata de periodismo. Como si preguntar fuera oponerse, objetar, o como si verificar y contrastar fuera una trampa. Como si nos pidieran –a periodista, analistas o a cualquier ciudadano- un acto de fe. Como si creyeran que 30 millones de votos validan decisiones caprichosas”.

 

Texto que por supuesto generó comentarios de varios lados, una colaboradora de ese medio Nayeli Roldán (quien formó parte del equipo de la investigación ganadora del Premio Nacional de Periodismo titulado “Estafa Maestra”) invitó en sus redes sociales a que lo leyeran, y recibió diversas respuestas, sobresaliendo la curiosa de Víctor Suárez, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural: “Hay periodistas de investigación que se sienten incómodos c/las mañaneras presidenciales. Su razón de ser es la opacidad y corrupcion (sic) del poder. Ahora q esto se acaba, no saben a qué dedicarse y descalifican al gremio de periodistas. Se sentían más cómodos c/gobiernos del prian (sic)”.

 

En los comentarios a la respuesta del funcionario federal también hubo una danza de todo tipo, pero sobresalían el llamado a documentarse e incluso de sopesar bien sus opiniones en redes sociales. Todavía el martes, una de las plumas que más está impulsando la 4T pero que todavía le falta mucho tramo para dar el ancho, Hernán Gómez (quien no hace mucho señaló que no existía periodismo de investigación en México, y luego tuvo que recular, y a quien el diario El Universal le ha abierto sus páginas dos días a la semana) intentó revirarle a Daniel Moreno pero sin mucho éxito, su mejor frase, que no argumento señalaba: “Las conferencias de prensa [de AMLO] ofrecen una oportunidad para obtener información y contrastarla de un modo que ahora solo se había llevado a cabo de forma marginal. Está en manos de los propios periodistas aprovechar esa oportunidad”.

 

León Krauze en el mismo El Universal pero el lunes tituló su columna “Por una corresponsalía de Palacio Nacional”, en referencia a ese ejercicio de las conferencias diarias mañaneras, allí escribió: “La comparecencia de un político frente a la prensa no puede ser solamente un espacio para el establecimiento de la agenda que al político conviene y en los términos que al político convienen, ni mucho menos una suerte de prédica diaria”.

 

En lo que estamos de acuerdo es que nunca antes se había tenido un acceso tan directo a la figura presidencial, y que de manera diaria aparece a primera hora para marcar su agenda con sus frases y cifras, pero el exceso de exposición también conlleva el riesgo de la equivocación, de la no preparación, de que algún vocero no lleve las notas (como ya le sucedió a la titular de Energía, Rocío Nahle), o que las cifras de algunos difieran, y entonces se tenga que corregir, lo cual no tiene nada de malo, pero también es cierto que los periodistas inquieren y las respuestas a las preguntas en conferencia no bastan, no se debe confundir respuestas con información, y menos aún con la que transmite el Gobierno, que de entrada, suponemos son las oficiales, en esa medida deben pulir más su estrategia, sus declaraciones, pasar pues del discurso ceremonioso al mensaje de gobierno, de la arenga de campaña a las posturas institucionales.

 

López Obrador quizá esté rompiendo esquemas en muchos frentes, incluyendo el de la comunicación, pero cuando hay modificaciones, también se debe estar abierto a corregir lo que está mal, de lo contrario se corre el riesgo de que el vanagloriado cambio fue lamentablemente para empeorar.

 

@rvargaspasaye

 

 

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