Emiliano Hernández Camargo
“Voy a ponerme a mano con Durango”.- Ernesto Zedillo, presidente de la República (1994-2000)
El presidente Andrés Manuel López Obrador, aspira al 100. Trabaja 16 horas diarias, para alcanzar -en términos escolares- la calificación de 100. Le gusta el 100 que se refleja en los 100 compromisos puntualizados el 1º de diciembre y, en el informe de los 100 días del gobierno, el 11 de marzo en Palacio Nacional.
Su creciente popularidad de líder nacional, institucional y político, se cimienta en las conferencias de prensa mañaneras -“diálogo circular”- con reporteros y periodistas que replican en medios de comunicación y el contacto personal que establece con la gente durante sus recorridos por los estados de la República, reiterando compromisos y mensajes políticos y cívicos en actos masivos en los que es acompañado por los gobernadores -la mayoría han sido abucheados, no es el caso del gobernador Aispuro-. Esto ha traído un incremento en su popularidad, del 53% en la elección, a más del 80% en las encuestas de opinión pública.
En sus recorridos hace política y toma decisiones gubernamentales como desde su toma de posesión el 1º de diciembre. De hecho sus acciones se sienten desde el 1º de septiembre que se instaló el Congreso de la Unión, en el que AMLO cuenta con mayoría absoluta en sus dos cámaras. Es un político de tierra, más que de oficina. Atiende a los grupos sociales y a las personas aún en situaciones de protesta. Confiamos que AMLO refrende lo que han sido compromisos de los presidentes de la República desde Ernesto Zedillo y apoye a Durango en la implementación de la agenda de industrialización que se delineó desde el Movimiento Estudiantil del Cerro de Mercado en 1966.
En mi artículo del 12 de diciembre, publicado en El Sol de Durango, me referí al “Primer día del presidente López Obrador”, considerando el mensaje de toma de protesta en el Congreso de la Unión y el contenido sustantivo del discurso en el acto masivo en la Plaza de la Constitución, en que puntualizó sus 100 compromisos con la nación, observando que se avizoraba un cambio trascendente en el sistema político y económico del país; pero entre los cinco proyectos estratégicos y emblemáticos de AMLO no veo focalizado ningún proyecto estructural para Durango, como sí se señalaban para los estados del sur-sureste de la República (Tren Maya, Refinería de Dos Bocas en Tabasco…) y para los de la frontera norte (zona libre con Estados Unidos). Anoté que había llegado la hora de los estados del sur, que a lo largo de la historia han padecido mayor rezago socioeconómico, que la mayoría de los estados del norte.
En el recorrido por nuestro estado que se combinó con su visita a Badiraguato Sin., de donde se trasladó a Tamazula -la tierra de Guadalupe Victoria, primer presidente de la República- y luego a El Salto, Pueblo Nuevo, anunció que adicionalmente a los seis programas que favorecen a Durango, se incluiría a 16 de los municipios más rezagados del estado en el Programa Sembrando Vida -con el que se plantea la siembra de árboles maderables, frutales, agave y lechuguilla- en 50 mil hectáreas, lo cual beneficiará a 10 mil campesinos, que por el trabajo en su tierra, recibirán una transferencia directa de 5 mil pesos en efectivo cada mes.
De El Salto a la ciudad de Durango se trasladó por la supercarretera Durango-Mazatlán y atendió personalmente a los ejidatarios de Otinapa y otras comunidades que tienen tomada la caseta de Caminos y Puentes Federales, en reclamo del pago de sus tierras.
No obstante la importancia que tiene esta gran obra de ingeniería e infraestructura para los proyectos transexenales de Durango, no se habló del Puerto de Gran Calado en Mazatlán, para potenciar su impacto como palanca del que sería el Corredor Económico del Norte en el que se inscribe a Durango.
En especial me declaré contento con el compromiso 69 en el que se precisaba que “se creará un Corredor Económico y Comercial en el Itsmo de Tehuantepec” demanda que se planteaba desde 1969 y 1970, durante el gobierno de Víctor Bravo Ahuja, con quien colaboré en la fundación, en Juchitán, Oaxaca, del Instituto Tecnológico Regional del Itsmo.
El informe de los primeros 100 días de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, puntualizó que se han cumplido o están en proceso 62 de los pronunciamientos del primero de diciembre. Entre éstos los seis programas sociales insignias del gobierno que en calidad de mexicanos también favorecen a los duranguenses (Jóvenes Construyendo el Futuro; Pensión para Adultos Mayores; Pensión para el Bienestar de Personas con Discapacidad Permanente; Producción para el Bienestar; Microcrédito para el Bienestar y Sembrando Vida), esto considera de manera prioritaria el combate a la corrupción y la austeridad republicana (“no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”). Uno de los mejores resultados ha sido la aprobación por el Constituyente Permanente de la República de la Guardia Nacional, que puede ser un pivote en la lucha contra el gran problema de la inseguridad.
Pendiente está uno de los temas más controversiales, “la cancelación de la llamada Reforma Educativa” iniciativa presentada por el presidente al Congreso de la Unión, desde el 13 de diciembre de 2018. Reforma que actualmente se debate en la Cámara de Diputados que preside un personaje histórico de México, el educador, intelectual y político, Porfirio Muñoz Ledo. Artífice en 1977 del Plan Nacional de Educación. Al respecto me sentí contento con el artículo -compromiso que publicó el 14 de marzo en El Universal- con el título “El Cambio es la Educación”, que precisa lo siguiente: “El actual gobierno ha enfatizado que la 4T implica un nuevo consenso social sobre el rumbo del país. El núcleo central de ese proyecto transformador es la educación en todos sus niveles, modalidades y alcances”.
“Hoy se discute una reforma orientada a replantear la tarea educativa como el primer deber de la sociedad. He insistido que cualquier modificación al artículo tercero constitucional debe priorizar la educación inicial a partir del nacimiento y hasta los seis años, contemplar la universalización de la educación superior y garantizar el aprendizaje durante toda la vida”.
Pero como apenas empieza el sexenio del presidente López Obrador y consientes de la gran dependencia presupuestal de Durango (96%) y de las acciones del gobierno federal, tenemos que seguir insistiendo en que se consideren los proyectos estructurales que lidera nuestro gobernador José Rosas Aispuro Torres, y el reconocimiento a nuestro Plan Estratégico de Desarrollo, que se ha venido configurando en el organismo ciudadano Consejo para el Desarrollo de Durango (Codedur) que por ahora lleva la marca Plan 2040, que se reactive la idea del Corredor Económico del Norte, en el que se integra a Durango con Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, que son fronteras con los estados del sur de Estados Unidos. Requerimos el tratamiento de Zona Económica Especial.
Desafortunadamente Durango es el estado del Norte con mayores índices de pobreza, desigualdad y menor desarrollo económico. En algunas ocasiones se nos ha mencionado como el Chiapas del Norte. Si no quedamos en los primeros 100 días, podemos, ser considerados en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 que se está configurando.
