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UNIVERSIDAD SOCIAL Y PÚBLICA

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Daniel Maldonado

La educación publica es un bien social que se ha fortalecido a partir del esfuerzo de la comunidad universitaria y por su puesto del acompañamiento de políticas publicas acertadas. El uso del recurso publico posibilita el desarrollo de fortalezas sociales y por ende la construcción de sinergias colectivas, con ello se posibilita la atención de miles de Nayaritas. La educación superior es y será la mejor política social para el combate a pobreza y por ello la formación profesional se convierte en un bien personal que al menos garantizará mejores estadios laborales y la construcción de beneficios para los suyos.

Para tener una formación profesional se puede lograr a partir de diversos medios. El primero es que como empleado la empresa ofrezcan el desarrollo profesional a partir de las necesidades propias de la organización, pero ello es casi imposible derivado de la ausencia de recurso económico en las empresas, con la practica anterior es inminente la condena a la obsolescencia laboral, a la marginación y pobreza económica prolongada.

El segundo medio para lograr la formación profesional es inscribirse en una universidad privada, que pudiera pagar la familia o mediante una hipoteca estudiantil pudiera lograr su formación, pero al final se debe pagar. Las universidades privadas a la fecha han proliferado con gran fuerza. Desde su aparición en México a principios de los años 90s, ha acaparado una parte significativa del mercado educativo. Cada vez con más fuerza cabildean para que los beneficios públicos para atender problemas de orden privados. No sobra decir que este tipo de universidades esta fuera de sus posibilidades de la gran mayoría de la sociedad, aun con las becas que ofrecen a deportistas destacados o estudiantes de excelencia que por cierto son deducidas a la obligatoriedad del pago de los impuestos.

Para la gran mayoría de la sociedad solo existe la posibilidad de asistir a la universidad pública misma que para muchos ha sido desestima a su función social. La condenan como corrupta pero difícilmente se haba de los beneficios que ofrece a las diversas comunidades que las integran. En nuestra universidad han pasado miles de estudiantes, se han capacitado profesionistas exitosos, prominentes políticos, empresarios connotados, activistas sociales, Investigadores destacados, hombres y mujeres valientes que le apostaron su futuro a la universidad pública. Se me viene a la mente el libro “Sin políticos” de Alberto Martínez Vara o la película de un día sin mexicanos de Sergio Arau como un pequeño presagio de los resultados implementados de las políticas educativas y que aun en estas nuevas épocas de transformación siguen sin tener éxito. Que sería de las futuras generaciones que son nuevas promesas para el desarrollo del estado, en el deporte, la ciencia o en la innovación.

Hace días comentando con un decano de la universidad de Morelos comentaba la imperiosa necesidad de rescatar a la universidad del descrédito y la mala fe de los políticos con un pacto de civilidad. En lo personal creo conocer a diversos actores sociales dedicados al arte de la política partidaria, en algunos de los casos como mal social se dejan llevar por la primera impresión y así como los chismes de pasillo. Para ellos, cualquier comentario se hace una gran verdad sin tener los elementos o argumentos necesarios para emitir su propio criterio a partir de datos confiables. Sin embargo, también existen personalidades que vale la pena reconocer, mismos que gozan de solvencia moral y que están dispuestos a atender las demandas sociales insofacto. Esperemos que estos últimos se multipliquen y que se refleje su amor desinteresado por la Universidad pública en los siguientes presupuestos fiscales.

La invitación es pues a revisas las prioridades que el estado presenta en este momento y sin duda el centro de convergencia es la ciudadanía y las fortalezas sociales vinculadas a la formación y apropiación de competencias para la vida o mejor dicho su mejor expresión llamada “UNIVERSIDAD”. Invitar los universitarios de corazón a sumar voluntades para mantener de pie la educación publica por el beneficio social, porque más allá de nuestras posiciones primero debe estar la Universidad.

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