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PACTO PARA LA COHESIÓN SOCIAL

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#ConSentidoComúndeMujer

María Esther González Aguilar

Hace muchos años, hice un pacto con una hermana; nuestra convivencia sería sin hablar de dos temas: religión y política –luego se agregaría el deportivo- lo anterior, ante frecuentes controversias que provocaron incluso un doloroso distanciamiento que duró más de un año. En ese momento no tuvimos la “madurez” para debatir; no estábamos preparadas, fuimos extremistas al grado de la polarización que permeó, incluso, al resto de nuestros seres queridos y alteró profundamente nuestro entorno.

La hasta entonces fuerte cohesión familiar, sufrió una ruptura en muy corto tiempo; nos dividimos, el costo fue grande para todos, se alteraron los ánimos, la relación ya no fue la misma, el trato fue hasta de agresión, se perdió la confianza, ya no existió apoyo entre hermanos, todo para dolor de mi Madre. Restablecer el tejido familiar llevó mucho tiempo, fue un periodo de gran desgaste personal y familiar, finalmente se logró, pero ya no fue la mismo, dado que en ese lapso cada uno tomamos decisiones con repercusiones esperadas o no; se integraron nuevos seres queridos es decir, cambiamos y nuestro entorno también! pero hubo coincidencias: creíamos en la familia, había amor, algunos requeríamos del apoyo moral y solidaridad material; el hilo conductor fue el ser que nos dio la vida; tras varios intentos, nos fortalecimos, ahora la convivencia es saludable aunque no exenta de diferencias, pero nos aceptamos, respetamos y todo fluye, con altibajos más en la individual que en el colectivo llamado familia. Ahora pregunto ¿y si la que hubiera provocado todo fuera la cabeza del núcleo familiar ?…y digo…la ruptura o división más profunda.

En el México de hoy, ocurre algo similar, afirmo que se requiere de un acuerdo, una alianza entre sectores, un pacto nacional, para restablecer la cohesión y fortalecer el tejido social. Decir no a la polarización y actuar en consecuencia; evitar la fidelización hacia la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador y dejar de “alabar” todo lo que dice y las decisiones que toma que –dicho sea de paso- algunas tienen resultados y otras no siempre son producto de una visión de estado, o de una clara política pública, sin planeación o tener un diagnóstico y organización, situación que incluso ha dado lugar a que el mandatario dice una cosa y sus colaboradores otra sobre un mismo tema.

La gran mayoría de los mexicanos estamos de acuerdo en que se combata la impunidad, la corrupción y todos los males que afectan al país como la inseguridad, la delincuencia organizada, etc. El presidente requiere del apoyo de todos los sectores ¡sí! pero no a un costo que ponga en riesgo –aún más- la vida nacional, el desarrollo del país, las instituciones, la sana convivencia, la tranquilidad y paz social; las relaciones y comunicación entre individuos, comunidades y otras naciones, aspectos –entre otros- que inhiben el desarrollo de todo pueblo. Se puede tener riqueza, pero si no se administra correctamente, si no se está preparado, si no existe planeación, si no están dadas las condiciones; el resultado será un desastre, el quebrando económico y social con una complicada recuperación que tardaría mucho tiempo en conseguir.

Es tiempo de tender puentes, de ponerse de acuerdo, de tejer fino, de dialogo, de restablecer la cohesión social y la unidad nacional. Se vale pensar diferente, tener ideológicas o preferencias de toda naturaleza, Es bueno debatir, defender con argumentos lo que se piensa, pero sin polarizar, sin ofender o descalificar, sin ser radical o extremista; importante despojarse de toda filia o fobia. Entender que mi “verdad” no es la de otros. ¡Basta! de ser tan “devoto” de algo o alguien a grado tal que se incurra en una irracional fidelización o ser “más papista que el papa” y esto está ocurriendo con el presidente López Obrador, lo vivimos todos los días, en todos los lugares y en todos los niveles y buena parte de esto es fomentado desde el poder que dejó de ser “la mafia” para convertirse en la 4T. Es la cabeza que está provocando algunas de las controversias sociales. ¡Es cuanto!

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