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LOS POLÍTICOS TAMBIÉN LLORAN

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Gerson Hernández Mecalco*

Los políticos prefieren mostrar sus emociones con una sonrisa fingida, pero muy pocos muestran la tristeza, pena, rabia, y frustración. ¿Será verdad que si lloras en público es un signo de debilidad? Hace unos días Theresa May, primera ministra de Reino Unido confirmó su renuncia como líder del Partido Conservador. Después de resistir la emoción explicó que la falta de acuerdo por el Brexit forzaba su renuncia, y May ya no pudo evitar el llanto al cerrar la frase “fui la segunda primera ministra de la historia, pero no la última… sin mala voluntad, sino con una gratitud enorme e imperdurable por haber tenido la oportunidad de servir al país que amo». Tómala.

Político indio llora. Hace unas semanas los resultados electorales en la India donde ganó Narendra Modi originó el llanto de uno de sus contrincantes. Durante una entrevista a Neetu Shutteran, político independiente de la ciudad de Jalandhar, no pudo evitar las lágrimas por solo obtener cinco votos, pese a que en su familia son nueve miembros. El candidato está convencido que hubo alguna irregularidad: «Han manipulado las máquinas para votar. Todos mis vecinos me juran por la diosa Chintpurni que habían votado por mí»: Chale.

México. En 1982 durante su último informe de gobierno, José López Portillo se disculpó llorando por fallarle a “los desposeídos y marginados” en el país, al no corregir el rezago económico. 37 años después en Manzanillo, Colima entre los gritos de «¡Fuera, fuera!», «quiere llorar, quiere llorar» y «asesino», el gobernador de Colima José Ignacio Peralta se dirigió al presidente AMLO que su gobierno no será incondicional al Ejecutivo. Añadió que “se suponía que el abucheo ya había pasado, ¿no ha pasado el abucheo?, ¿cuánto tiempo más?», reclamó el gober de Colima, quien acusó que las rechiflas son resultado del manual para manifestarse en contra de los mandatarios estatales. Chale por dos.

EEUU. Durante una comparecencia electoral Barack Obama con lágrimas en los ojos se solidarizó con las víctimas y los familiares de la matanza de un colegio de Connecticut. Con respiración pausada dijo:
«Nuestros corazones están rotos». En otra ocasión Obama agradeció llorando el trabajo realizado por los voluntarios de una de sus campañas electorales en su cuartel general en Chicago. El hombre más poderoso del mundo sí lloraba.

Argentina e Italia. La ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner entre lágrimas dijo “que corazón que tenía, tan grande que no le entro en el cuerpo. Tan grande que le estalló de tanto pelear por mí», refiriéndose a su esposo. En Italia cuentan varias crónicas en Internet que el ex Primer Ministro Silvio Berlusconi, durante una visita a Israel, secó una lágrima cuando su homónimo Benjamin Netanyahu recordó cómo la madre de Berlusconi ayudó a una niña judía durante la Segunda Guerra Mundial.

Estos ejemplos nos muestran, con sus variables que los políticos como los ricos también lloran; en honor a la telenovela mexicana producida por Valentín Pimstein para Televisa. La popularidad de la serie hizo que la actriz Verónica Castro viajara a Rusia con el protocolo reservado para jefes de Estado, y que hiciera una gira por seis ciudades de ese país, donde era aclamado por auditorios repletos. Tal vez los llantos son una emoción que más que debilitar, son una fortaleza. ¿Será que no tardará mucho tiempo para ver esta emoción en las mañaneras? Es pregunta con lagrimita en el ojo.

*Académico y comunicólogo político por la FCPyS-UNAM. @gersonmecalco

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