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LLAMAR LAS COSAS POR SU NOMBRE

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Rafael G. Vargas Pasaye

La clase política en general, pero la de México en particular es mucho de frases, la herencia oral y escrita es rica en el los. Baste por muestra las voluminosas memorias de discursos de presidentes tanto del país como del Partido Revolucionario Institucional por ejemplo, e incluso de rectores de universidades u otros personajes de la vida pública.

Ahora, la memoria digital sumará las versiones estenográficas halladas en las web oficiales, y es que en cada etapa les da a los mandatarios por nombrar a las cosas de acuerdo a su estrategia de comunicación que no es otra cosa sino el legado que dejarán.

Del Vivir Mejor, al Mover a México a la Cuarta Transformación en cada etapa reciente de nuestro país hemos visto innumerables piezas de televisión, radio e internet que intentan transmitir lo mejor del gobierno. Algunas son inolvidables y otras infumables.

El punto es que hoy más que nunca el Presidente es quien marca el ritmo y el tono, le gusta llamar a las cosas por su nombre pensando en lo inmediato del presente y no en lo que viene, ejemplo: Instituto Para Devolver al Pueblo lo Robado, antes llamado Servicio de Administración y Enajenación de Bienes.

Se comprender la idea romántica del héroe que quita a los malos lo que han robado para devolverlo al pueblo, pero a la larga pareciera que el gobierno actual sigue robando e incluso institucionalizó u manera de hacerlo y devolver lo que desea al pueblo bueno, claro a través de subastas, pues aquí todo se vende, y ya el dinero que queda de eso es el que se manda a los lugares más necesitados.

Joseph Campbell desarrolla la idea a la perfección en “El héroe de las mil caras”, donde le objetivo no es ya terminar con los malos, pues allí terminaría el ciclo del héroe, sino dosificar sus victorias para hacer lo más duradero posible su heroísmo o mandato.

La otra gran palabra que no concepto, pues no acaba de comprender su forma, es la de “Bienestar”, incluso una secretaria se llama así, igual que un Banco, unas Tiendas, una beca, una tarjeta, unas tandas, etcétera.

El nombrar las cosas no necesariamente las hace realidad, sí genera expectativa o esperanza (otra palabra de moda en la cuatroté) pero de igual forma el no cumplimiento del objetivo generará una frustración más grande que la expectativa primera.

Se ha hablado y medido mucho los discursos y declaraciones del Presidente, pero poco muy poco sus silencios, de los temas que no habla, que dice que mañana, que responde que no tiene información, de lo que sabe no le vienen como anillo al dedo, sino como camisa de fuerza.

Los enojos sociales saldrán a la luz en próximos meses, veremos si las palabras bastan, si la narrativa utilizada hasta el momento es suficiente, el pulso de las encuestas son un reflejo, pero son sólo un síntoma no la enfermedad.

@rvargaspasaye

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