Yareli Castañeda
Diciembre es un mes donde nos excedemos en alimentos por las reuniones, las cenas, los encuentros diversos y por supuesto las posadas.
Por ser la temporada de frío se recomienda consumir frutos secos, como semillas, nueces, ciruelas pasas, así como los cítricos, naranjas, mandarinas, todo lo que tenga vitamina C.
La clave no es la calidad sino la cantidad en lo que consumes.
La nutrición no está peleada con los tamales, ni los pozoles ni las posadas, sino está peleada con la cantidad, a menos de que exista una patología porque altera al organismo y puede haber una descompensación en el cuerpo.
Muchos lo ven como “Diciembre es para romper dietas” pero en realidad lo que se tiene que saber es poner límites pues muchas veces nuestro organismo ya está satisfecho pero con tal de seguir conviviendo queremos consumir de más, y es allí donde rebasamos la delgada línea de lo que nos puede perjudicar no sólo por dentro sino también en el exterior.
En Diciembre también es cuando la gente asiste más a consulta con los nutriólogos pero muchos cometen el error de ir por cuestiones estéticas o por mejorar su apariencia física, pero no por lo verdaderamente importante que es su salud.
Debemos tener muy claro el objetivo de la dieta y del cuidado con lo que comemos.
Las emociones juegan un papel central en esta época pues intentan llenar un vacío que provoca por ejemplo la sensación de soledad o de abandono, y por lo mismo muchos tienden a comer compulsivamente.
Disfruta las fiestas y las reuniones, pero sobre todo recuerda lo importante es la convivencia con la familia y los amigos. La mejor estrategia de nutrición es usar el sentido común.
