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IMPROVISACIÓN GUBERNAMENTAL: EL MAL SILENCIOSO

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José Enrique Rodríguez Oceguera

Profesionalizar el servicio público se convirtió en una de los grandes temas en la Administración Pública durante más de 12 años, dando paso a la implementación de diversas acciones como el Servicio Profesional de Carrera (SPC), el cual nace en el 2003, surgiendo como un mecanismo para garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la función pública con base en el mérito y con el fin de impulsar el desarrollo de la función pública para beneficio de la sociedad.

Para la implementación del SPC, se construyó todo un andamiaje en materia de Recursos Humanos, diseñando perfiles de puesto, considerando que un servidor público no solo deba tener experiencia, sino también los conocimietos técnicos, competencias y habilidades para el cargo, elementos, todos ellos, que facilitan la toma de decisiones.

Sin embargo, hoy, ya no escuchamos el término profesionalizar. El paradigma ha cambiado en solo 3 meses. Ahora, la competencia más importante se llama lealtad y es irrelevante tener nociones básicas de administración. Ya no importa si tienes o no conocimientos de planeación, mucho menos poseer las herramientas técnicas respecto al área encomendada. Lo más importante, ahora, es cuan empático seas con quién se encuentre al frente de la oficina.

Saber cocinar no te convierte en Chef, y me resulta importante hacer esta referencia, porque en estos momentos podemos observar que muchas de nuestras autoridades, en todos los niveles de gobierno, no cubren el perfíl para la ocupación de un cargo. Podrán ser muy buenos atletas, escritores, mentores, pero ¿sabrán llevar las riendas de una institución?, su función es liderar, administrar, tomar decisiones…no poca cosa.

Nos quejamos de la corrupción, del nepotismo, de los compadrazgos que por años vivimos. Ante lo cual, yo me pregunto si no es corrupción adecuar las leyes, modificar los perfiles de puesto, seleccionar a un servidor público solo por empatía o por lealtad a sus convicciones. Según fuentes oficiales, en solo tres meses, ya se ha perdido un tercio del capital humano generado vía el Servicio Profesional de Carrera y la cifra va en aumento. De esa dimensión es el daño.

*El autor es experto en presupuesto participativo y Desarrollo Sustentable.

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