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EL ÁNGEL DE LA SORORIDAD

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#ConSentidoComundeMujer

María Esther González Aguilar

El emblemático monumento a la Independencia de México, con su impresionante pedestal lleno de símbolos; su columna esculpida con guirnaldas de encino enlazadas por anillos que la circundan con medallones de flores y finalmente la bella estatua de la Victoria Alada, en cuya extremidad superior derecha sostiene una corona de laurel y la izquierda una cadena rota de tres eslabones; es y seguirá siendo, lugar obligado de vista para todo turista, punto de reunión para festejos, conmemoraciones, eventos masivos pero, a partir del 16 de agosto de 2019, se debe considerar también un ícono a la sororidad y la empatía social.

Luego de los resultados del controvertido movimiento feminista, en la ciudad de México que al margen de detractores y defensores, del vandalismo y el evidente daño al patrimonio de los mexicanos, visibiliza muchos y grandes problemas sociales, sin importar género pero en particular de y en contra las mujeres. Lo relevante es que pone en la agenda pública temas ignorados, soterrados, algunos que aún en estos tiempos, siguen siendo tabús. No solo se trata de brindar apoyo y solidaridad a determinado grupo social, se trata de revertir opresiones y de tener una nueva visión, sensibilidad, compromiso o forma de encarar o atender los problemas sociales.

Opiniones sobre los resultados del movimiento hay en vastedad, unos a favor otros más, solo condenan el vandalismo y daño a inmuebles. Muchos minimizan el movimiento pero no reflexionan sobre sus causas y efectos sociales. El tema toral que nos deja el 16A2019, es visibilizar el México de personas desaparecidas, violentadas, agredidas, marginadas, estigmatizadas, victimizadas, señaladas, juzgadas, también, enmarcar la conducta individual o colectiva cuando somos testigos de un acto de agresión o violencia, y desde luego la no respuesta omisión e indolencia, de quienes deberían de actuar para garantizar justicia, respeto a derechos y libertades humanas.

No se trata de hablar bien o mal de hombres o mujeres, de víctimas y victimarios, de calificar o descalificar, el punto es, destacar que el movimiento 16A2019, deja huellas o cicatrices de las muchas heridas que padecen grupos sociales, cuyo detonante fue el movimiento feminista en contra de temas como feminicidio, violación, aborto, misoginia, marginación, derechos de la mujer en general. Coincido con quien ahora compara a la histórica infraestructura urbana de la Ciudad de México con el cuerpo de mujeres agredidas, violentadas, explotadas o asesinadas.

Apuesto a que tras el violento movimiento, habrá un antes y un después; debe de prevalecer la empatía social; autoridades están obligadas a investigar, a aplicar la ley, pero también a cambiar la visión, atención y conducta hacia las demandas ciudadanas y los problemas sociales. Testigo y juez es la histórica infraestructura de la capital del país, en particular el “Ángel de la Sororidad”. ¡Es cuanto!

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