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CUANDO EL DIVORCIO LLEGA

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Juan Félix Chávez

Pocas son las parejas que cuando toman la decisión de separarse logran ponerse de acuerdo en términos amables y conciliadores sobre las pensiones alimenticias y los días de compartir a los hijos. De hecho el número de demandas por la aportación económica para manutención son bastantes y siguen a la alza, mujeres que reclaman al hombre que asuma su responsabilidad y en mucho menor cantidad hombres que piden lo mismo a sus ex.

Dante de 19 años quedó en medio de dos fuegos y su corazón se partió por mitad cuando sus padres dijeron que ya no podían seguir juntos, él tenía 10 años, «la edad necesaria para entender casi del todo que mi papá ya no viviría con nosotros. Que los fines de semana no estaríamos viendo el fut o ya no nos escaparíamos a jugarlo nosotros con sus amigos. Les lloré a ambos por separado que no se separaran pero mi madre acusó que mi papá andaba con otra y mi papá…aceptó que era cierto».

Recuerda que desde que su papá agarró la poca ropa que su mamá le dejó tomar, su vida se volvió un infierno. «Ella no dejó pasar un minuto sin referirme lo malo que era mi papá al que ella llamaba, el tipo ese. Que el dinero no alcanzaba, que era poco, que él se lo gastaba con la otra, que la otra era una mujer roba-maridos, que siempre estaba fodonga, que estaba gorda y chaparra y bueno yo sin conocer a la otra, ya la odiaba y hasta la veía como un monstruo».

Cuando conoció a «la otra», «supe que se llamaba Hilda que es 6 años más grande que mi papá y que era toda paz y armonía, nunca oí o vi que tratara mal a mi papá, la primera vez que salimos con su hija (no es hija de mi papá), mi padre y yo me dio el mismo trato que a la chica. Me preguntó qué música era mi preferida y hasta cantamos los 4 en el carro», Dante recuerda que se sintió tan extraño, «era como haber recuperado a mi familia pero sin mi mamá y sin sus gritos, extrañamente me sentí tan cómodo y establecimos un tipo complicidad entre los cuatro».

Recuerda que a los dos años de la separación comprendió con plenitud el por qué su papá se fue de la casa, «mi madre siempre le decía que ella había tenido mejores oportunidades para casarse pero que lo eligió a él pero se equivocó porque no le dio la vida que ella deseaba y merecía. Odiaba a Hilda por encima de todo, estaba obsesionada con ella y cuando yo regresaba de pasar los fines de semana con ellos me sometía a un terrible interrogatorio al cual puse un alto cuando llegué a los 14 años».

Hoy a 9 años de distancia ha sopesado la situación por la que atraviesa, dice que su mamá sigue obsesionada con su ex y con Hilda, «la otra» sigue siendo una mujer que nunca le ha hecho un mal gesto a Dante, lo acompaña incluso a la alberca y nadan juntos y son amigos, «No, no le digo mamá, porque mi mamá es mi mamá, ¿me entiendes?, le digo Hilda pero la veo como lo más cercano a una mamá, le confío hasta cuáles chicas de la escuela me gustan y a pesar de la oposición de mi madre, yo me quedo a dormir casi desde el miércoles hasta el lunes, ya no quiero regresar al estrés de «mi casa» porque ahí mi madre pues sólo quiere saber de lo que pasa en esta casa».

Dante señala que su papá le ha pedido perdón por no quedarse con su mamá pero a estas alturas hasta Dante quisiera escapar del infierno que su madre le tiene por casa y comprende el por qué la huida del hogar. Ha hablado varias veces con su mamá para que reflexione y cambie de actitud pero todo ha sido en balde. Hoy Dante dice que, «Cuando yo forme mi vida, mi hogar espero toparme con una mujer como Hilda, que sea tan comprensiva y dulce como es ella con mi papá, creo, por encima de todo, que son un ejemplo de la familia que yo quisiera tener». Mándame tus comentarios, dudas y sugerencias a mi Facebook Juan Félix Chávez Flores o a mi correo Juanfechavez@gmail.com

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