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CARENCIAS

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Rafael G. Vargas Pasaye

 

La multicitada y conocida carta de renuncia de Germán Martínez al Instituto Mexicano del Seguro Social deja muchas enseñanzas pero sobre todo muchos puntos a analizar, empezando quizá por su emisor, un hombre que llegó a presidir el Partido Acción Nacional y que ahora, apenas unas horas después de su notoria aparición mediática, de nueva cuenta ocupará su curul senatorial bajo las siglas de MORENA.

 

Desde ese espacio seguramente continuará apoyando el modelo del que en su documento firmado se quejaba, otra cosa sí sería significativa y más de uno le aplaudiría, pero por el momento no se ve como Senador independiente y MORENA no se ve con un elemento menos en la cámara alta.

 

El estilo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público es totalitario, sin medias tintas, las compras, adquisiciones, adjudicaciones, contrataciones y demás, salen de esa oficina, de su oficialía mayor, de las personas que allí despachan, y allí no hay punto de negociación, no se basan en estudios sino en deseos del Presidente, el ejemplo del gasto otorgado a PROBEIS es la joya de la corona.

 

El titular de Hacienda también demostró su estilo al recibir a las pocas horas de su nombramiento al nuevo titular del IMSS, Zoé Robledo, cuando quien renunció señaló que nunca fue recibido. Hay de estilos a estilos y de personas a personalidades.

 

El que llega es un político que ha labrado buena carrera en las curules, pero poca en la administración, su fuerza estaba ceñida en tejer acuerdos desde la subsecretaría de Gobernación, ahora el tema administrativo se le presenta como reto, a ver qué resultados da, y a ver qué tanto lo dejan libre de sus obligaciones anteriores.

 

Y esto tiene que ver de nuevo, con el estilo presidencial, no tarda en nombrar al nuevo subsecretario, a ver cuánto poder le da, a ver cuánto quieren ayudar al IMSS y a su nuevo titular, la carta de renuncia de Germán Martínez catapultó el enojo social en una sensible que se sabe vulnerable y que no necesariamente apoya el modelo actual. Si bien el sistema está colapsando desde hace tiempo, ahora es más notorio, ahora duele más.

 

La sensación se debe a que a la hora del reparto, nadie puede contrariar decisiones de apoyos sociales, de beneficios generales, pero no se puede recortar lo más importante de tajo, no se pueden tomar decisiones en un escritorio sin conocer la realidad que viven muchas instituciones de gobierno.

 

Quizá después de que desde dentro se ha tratado de minimizar al máximo la renuncia en el IMSS, no estaría mal que alguien cercano al presidente empiece a hablarle de los posibles escenarios que existen en México más allá del electoral, o bien, que para llegar a buen puerto a ese deseo de perpetuidad en el poder se debe contener muchos problemas sin generar otros, salvo que tengan medido esos mismos errores.

 

Como bien dijo Sergio Sarmiento en su texto del miércoles: “Lo importante para López Obrador, sin embargo, no parece ser el ahorro sino el mensaje político, de que él sí es honesto […] Es más un triunfo de la comunicación política que de la honestidad valiente”.

 

@rvargaspasaye

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