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ABRAZOS POLÍTICOS

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Gerson Hernández Mecalco*

Un abrazo es un mensaje político. La comunicación no verbal equivale a más del 70 por ciento de la comunicación del ser humano. El lenguaje no verbal es una forma de interacción silenciosa, espontánea, sincera y sin rodeos, muchos de nuestros gestos comunican nuestras verdaderas intenciones (Rodríguez Escanciano y Hernández Herrarte, 2010). Un abrazo tiene muchos significados, dependiendo de la religión, cultura y el contexto. A través de la historia, un abrazo ha comunicado paz, pero también traición. Recordemos que en El Padrino abundan los besos y abrazos, pero en realidad son sentencias de muerte. Charles Darwin habló de la expresión de las emociones y gestos universales en el hombre. Pero desde hace meses el aislamiento social condena los abrazos, por lo que vale la pena recordar algunos ejemplos históricos.

El Papa. El seis de marzo de 2016 el Papa Francisco cambió el rumbo de su avión, antes de aterrizar en México, y pidió descender en Cuba. El motivo fue la reunión histórica con Kiril, Patriarca de la Iglesia rusa. El abrazo del Papa Francisco demostró que la unidad es posible, aunque sea en una fotografía. Además, los líderes religiosos pidieron el cese de la guerra en Ucrania y destacaron la importancia de las raíces del cristianismo y sus enseñanzas en la paz y la defensa de la vida humana.

Fin de la Guerra Fría. En 1988 se firmó en Moscú el Tratado Sobre Armas Nucleares; semanas previas, ante la sorpresa de los periodistas en Washington, E.E. U.U. los presidentes Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov mostraron una escena histórica. De acuerdo con la periodista Katherine Howell la Guerra Fría también fue un conflicto “entre la sonrisa estadounidense y el abrazo soviético”. Las crónicas relatan que el mandatario ruso se inclinó hacia el estadounidense para abrazarlo, pero el presidente norteamericano le respondió con la espalda rígida y una sonrisa fingida, mientras las palmas de sus manos rozaban apenas el costado de su interlocutor. Desde el análisis del lenguaje corporal, un abrazo incómodo. Desde la historia, un paso decisivo hacia el final de la Guerra Fría.

El abrazo del alma. El deporte nos ha mostrado abrazos históricos. En la final de la Copa Mundial de la FIFA, 1978 entre Argentina y Holanda en el Estadio Monumental de Buenos Aires, Víctor Dell’Aquila un seguidor de la albiceleste, logró eludir a los numerosos policías presentes y correr hacia el terreno de juego. La escena muestra a un aficionado que había sufrido una doble amputación a los 12 años, a raíz de un accidente. Sin brazos saltó al terreno de juego para abrazar a Alberto Tarantini y Ubaldo Fillol, en una fotografía que es un símbolo para el futbol y la publicidad.

México. Dice la historia que el 10 de febrero de 1821 se celebró el abrazo de Acatempan entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, que significó la reconciliación entre las fuerzas virreinales y el ejército insurgente. 199 años después un activista habló de los abrazos por parte de los gobernantes. “Los abrazos no bastan para detener las balas y disminuir los números rojos del país”, exigió el poeta, en referencia a la frase del presidente AMLO para combatir al crimen organizado con “abrazos y no balazos”. En fin, el próximo 30 de julio se celebrará el día internacional de la amistad, donde a causa de la pandemia más de 40 mil mexicanos muertos no podrán ser abrazados; como tampoco las 17 mil víctimas de la violencia, a causa de los balazos. De acuerdo con el ONC que dirige Francisco Rivas de enero a junio de este año, se registró un homicidio doloso cada 17 minutos; a pesar de los millones de abrazos que todos los días se envían en las mañaneras al crimen organizado; y la sonrisa y curvas despampanantes del subsecretario López Gatell.

*Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM, @gersonmecalco

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